GURPEA AUTOMATIZA EL SELLADO DE PRECISIÓN
Gurpea es la historia de Abel Moreno y de Antxon Errea, dos jóvenes que se conocieron con 19 años mientras trabajaban para la misma empresa en Urroz-Villa. Ambos, técnicos de mantenimiento, entendían a la perfección las máquinas industriales que ellos montaban, ajustaban y arreglaban. Su relación personal y laboral continuó en TRW. En ocasiones, hablaban en sus ratos de descanso sobre la idea de montar su empresa y ser sus propios jefes. Pero solo era un sueño, que casi, sin darse ellos cuenta, se fue convirtiendo en realidad. Cuando terminaba su jornada laboral en Landaben “hacían unas horas extras” en otras empresas como técnicos de mantenimiento. Llegó un momento en el que sus teléfonos móviles sonaban cada vez de manera más frecuente. Tanto, que decidieron crear su propia empresa. Antxon tenía 23 años; Abel, 26. “Teníamos muchas dudas y miedos. Había una parte, que era la parte comercial, que nunca habíamos tocado. Teníamos que ir a hablar con los gerentes. Éramos un manojo de nervios, pero afortunadamente, muchas empresas confiaron en nosotros”, cuenta Abel Moreno, socio director de la firma.
Gurpea se ha transformado hoy en día en una empresa con una plantilla de 150 trabajadores y una facturación de 9 millones de euros en 2017 y una previsión de facturación para este ejercicio de 10 millones.
Abel Moreno explica que no entiende el crecimiento de su empresa sin ayudar también al entorno en el que se encuentra. Dentro de su política de responsabilidad social corporativa, patrocinan a varios equipos de balonmano, como el Beti Onak o el Zugarraldea.
Uno de los hitos que les ha permitido seguir creciendo y, sobre todo, dar mayor valor a sus clientes, es la compra en el año 2015 de la empresa Caispe. Con una plantilla de 20 personas, uno de sus principales clientes es la factoría Volkswagen. Han diseñado, fabricado, montado, automatizado y puesto a punto sus instalaciones. También se encargan de su mantenimiento.
UN CASO DE ÉXITO
Dentro de esta línea, Gurpea, gracias a una subvención del Gobierno de Navarra, ha desarrollado una solución técnica para el sellado de precisión que se aplica en Volkswagen Navarra. Desde esta compañía explican que la colocación de las lunas es un proceso crítico tanto en el sector de la automoción como en el aeronáutico. De este proceso depende la estanqueidad del habitáculo. No puede entrar ni una gota de agua.
Hasta ahora, para el sellado de cada pieza apenas se utilizaba la tecnología. “Era un proceso semi manual”, explica. Esto generaba varios problemas, como que la geometría del cordón de masilla utilizado para el sellado de la luna no era correcta; en ocasiones ese cordón no era continuo. O lo que es lo mismo. Algunas partes de la luna se quedaban sin masilla. Y otras veces, el contorno aplicado no se encontraba en la posición precisa. Con una inversión superior al medio millón de euros, el 50% procedente de las ayudas a empresas del Gobierno de Navarra, Gurpea ha diseñado una célula automatizada de montaje de lunas que parametriza el cordón de masilla empleado para el sellado gracias a la visión artificial. Así, han reducido los problemas de estanqueidad en las pruebas de lluvia sin perjudicar a la productividad y, lo que también es importante, se ha conseguido disminuir el número de horas y recursos empleados para reparar los fallos. “Hemos automatizado y parametrizado un proceso que estaba fuera de control; hemos mejorado la productividad y la calidad del acabado”.
Junto con el diseño de esta máquina, Gurpea también ha diseñado el software que la controla. "Gracias a él existe la posibilidad de dar de alta tanos modelos de lunas como se requiere y además, permite la personalización. Cada luna puede estar dividida en varios tramaos. Cada uno de ellos se puede configurar de manera diferente. También nos da flexibilidad, conectividad y exactitud”, relatan desde Gurpea.